INTRODUCCION

La familia Cichlidae constituye uno de los grupos de peces óseos más importantes y diversificados en Centro y Suramérica. En esta última región los cíclidos están representados por más de 300 especies, lo que equivale más o menos de un 6 a 10% de toda la ictiofauna conocida (Kullander y Nijssen, 1989). En Venezuela se encuentran en todas las cuencas hidrográficas y el número de especies ronda alrededor de las cincuenta, sin incluir algunas no descritas.

Es una familia básicamente dulceacuícola, pero en ocasiones algunas especies pueden tolerar las  aguas salobres o estuarinas. Utilizan preferentemente hábitats lénticos como los remansos de los ríos, lagunas temporales o permanentes y pequeños charcos de lluvias. Sin embargo, hay especies reófilas adaptadas a los rápidos. Los cíclidos se encuentran en todo tipo de aguas, desde las transparentes, pobres en nutrientes, de color té y ácidas (aguas negras) de la región Amazónica y Escudo de Guayana, hasta las aguas más turbias de origen andino y ricas en iones (aguas blancas), características de los Llanos.

Presentan una morfología, ecología y comportamiento muy particular que los hace muy atractivos dentro  de la industria de la acuariofilia. Su posición filogenética dentro del Orden Perciformes esta determinada en base a la musculatura mandibular, morfología de los arcos branquiales, otolitos y configuración intestinal, fundamentalmente (Kullander, 1986; Stiassny 1981,1987). En cuanto a su posición dentro de los ecosistemas, la mayoría de los cíclidos suramericanos tienen una dieta muy amplia y es común observar variaciones alimentarias tanto espacio-temporales como ontogenéticas o sea, durante el crecimiento. Pocas especies pueden considerarse estenófagas (especializadas en un sólo alimento) tan sólo Chaetobranchus flavescens, es un zooplanctófago estricto (Lasso, 1996). Hay muchas convergencias ecomorfológicas entre los cíclidos de diferentes regiones bióticas, exhibiendo los mismos patrones de utilización del hábitat y recursos tróficos (Winemiller y Col., 1995).

En cuanto a sus historias de vida, podemos indicar que la mayoría de las especies de la familia desovan sobre un sustrato preparado "nido", aunque algunas especies suramericanas de los géneros Satanoperca y Geophagus tienen incubación oral. El cuido de los huevos, larvas y juveniles es común en los cíclidos. Lo fácil de su mantenimiento en cautiverio ha generado numerosa información sobre los hábitos reproductivos, sin embargo en condiciones naturales hay muy pocas observaciones.

Además de su importancia biológica, constituyen un componente muy importante de nuestra ictiofauna, con especies de interés deportivo o alimenticio como los "pavones" (Cichla spp), "matagüaros" (Crenicichla spp), "pavonas" (Astronotus sp), "chupatierras" o "caraécaballos"(Geophagus spp) y "mojarras" (Caquetaia kraussi).

Tanto estas especies, como otras de la familia, tienen un gran valor ornamental e históricamente su comercio ha sido monopolizado por países vecinos. Desafortunadamente muchos de los datos de recolección y exportación de los cíclidos ornamentales dentro de Venezuela no son confiables. La "cupaneca" o "pavona", denominado "pez óscar" en la industria de la acuariofilia (Astronotus sp), el "ramirense"(Mikrogeophagus ramirezi), el "festivo" (Mesonauta spp) y otras especies, parecen tener gran importancia en el Amazonas y Llano Venezolano. El "escalar" o "pez  ángel!" (Pterophyllum altum), merece particular atención debido a su gran demanda y representa una especie sometida a una extracción intensiva

Royero, 1993

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